Y empezamos a construir el hogar
Dispusimos allí los animales
Los pájaros en sus árboles
Los insectos en sus flores
Los peces en sus lagunas.
El viento, el Sol y las nubes encontraron tan hermosa nuestra obra que se pusieron de acuerdo para hacerla perdurar:
El Sol iluminaba y calentaba la casa, las nubes dejaban caer la lluvia que regaba el huerto, el viento se moderaba para dejar crecer los pastos en los que pacían los animales.
La vida se volvió buena, sin más protestas, sin más dolor.
Así hubiera sido si nos hubiéramos atrevido a darnos aquel beso...
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